Creo en la factibilidad de las Teorías Conspirativas. En general los mandatarios de turno ocultan gran parte de la realidad. Y lo que dicen, a menudo son falsedades correspondiendo a velados intereses corporativos que representan o que los presionan.
Un reducido y muy exclusivo grupo, de identidad deliberadamente reservada, tergiversa con mezquindad la verdad que poseen, monopolizando su dominio, ejerciendo su despótico poder sobre el resto de la humanidad. Persiguen sus megalómanos sueños sin importarles en absoluto las «insignificantes vidas» de los demás mortales. Con esos fines nos engañan buscando lograr sus objetivos que ingenuamente desconocemos. En tal sentido, no podemos descartar que existan sucesos que escapan nuestra comprensión y pudieran bajo nuestra ignorancia acontecer. Es dable suponer que catástrofes sin precedentes estén por ocurrir mientras nos entretienen y desvían la atención de ciertas revelaciones.
Idealmente esta élite soberana debería protegernos, como antaño épicamente esta estirpe ejercía en sus feudos en tiempo inmemoriales. Pero la experiencia sugiere que su actual reinado atenta contra nuestra seguridad, lucidez y evolución. Los individuos desinformados son más fáciles de manejar.
Detrás de la comprobada existencia del COVID-19, ¿podríamos intuir es una pantalla que oculta la antesala de un inminente mal mayor? ¿Que el coronavirus sea solo la punta del iceberg? Se presentan algunos sugestivos escenarios.
Más allá de los experimentos secretos, la tecnología 5G, las aplicaciones militares, el peligro acechante de la escalada armamentista, existen potenciales desastres naturales terrestres y extraterrestres.
El maravilloso planeta Tierra que habitamos, evidencia innumerables impactos en su superficie. El más descomunal, impactó en el Golfo de la península de Yucatán, al sur de México, hace 65 millones de años, generando un cráter de 200 km. de diámetro denominado Chicxulub. El meteorito de 10 km. de diámetro, desplazándose a 30.000 km./hora, provocó al impactar una explosión equivalente a 50 millones de bombas atómicas, causando colosales tsunamis con olas superiores a los cien metros de altura, resultando una severa catástrofe ambiental que derivó en la extinción masiva de especies, incluyendo los dinosaurios. Acabó casi en su totalidad con la vida existente.
Hay diversas rocas flotando en el espacio que son potencialmente peligrosas para nuestra integridad. En la actualidad se acerca un misterioso objeto, designado 2020 SO, con una trayectoria entrante nominal que se advierte será capturado temporalmente por la gravedad de nuestro planeta el 15 de octubre de 2020. El asteroide u objeto artificial fue descubierto el 17 de septiembre de 2020 por Pan-STARRS1 en el Observatorio Haleakala. Durante su órbita geocéntrica alrededor de la Tierra, se calcula hará una aproximación cercana el 1° de diciembre de 2020 a una distancia de unos 50.000 km. y otro acercamiento cercano en febrero de 2021, el momento de máxima aproximación a la Tierra. Su diámetro de unos 10 metros, si bien no provocaría un desastre global en caso de estrellarse, no es desestimable.
Al igual que el asteroide 2018 VP1 de 2,4 metros de diámetro, 91 centímetros de ancho, que pesa 15 kilos, viajando a velocidades de más de 34.000 km./hora que hipotéticamente podría impactar a casi 9,53 km por segundo, propenso a ser influenciado por las fuerzas gravitacionales de la Tierra y a la Luna. La Agencia Espacial Europea comentó que hay «una probabilidad relativamente alta de impactar contra la Tierra este año«. Se lo espera para el 2 de noviembre de 2020. Fue descubierto el 3 de noviembre de 2018 cuándo se encontraba a 450,000 km. de la Tierra. Es parte del grupo de «Objetos cercanos a la Tierra» que se encuentra a menos de 1.3 unidades astronómicas del sol.
Entremezclado entre esos objetos cercanos a la Tierra, o viajando en nuestra dirección, o en bases situadas en el lado oscuro de la Luna, también podrían existir naves extraterrestres esperando visitarnos. En pinturas rupestres, Egipto, mayas, aztecas, en todas las civilizaciones, hay registro de extraterrestres que ya nos han visitado y tal vez cohexistan con nosotros. Y si bien la posibilidad es cautivadora, la historia nos enseña que la raza invasora usualmente esclaviza a la otra.
¿Será la pandemia generada como una cortina de humo, o es la preparación previa a lo que vendrá? ¿Nos estarán entrenando para estar encerrados en un largo viaje interespacial u otro inesperado suceso? ¿O simplemente decidieron que somos demasiados y algunos sobran?